Primero, lejos primero, porque son mucho más ricas.
Entra por la vista
Somos hedonistas, es cierto. Nos gusta comer bien, rico, sabroso.
Por supuesto que elegir orgánico libera tu mesa de tóxicos que no queremos cerca y mucho menos dentro de nuestros hijos.
Pero esa sería nuestra segunda razón. Es saludable. Además de rico, hace bien. Sencillito. No queremos hacer una monografía de los beneficios de lo orgánico porque ya muchos la han escrito. Está comprobado. Es más saludable. Punto.
Tercero, nos la traen a casa.
La Comodidad garpa
Sí, somos hedonistas y vagos, señores. Sabrán disculparmos, pero es cómodo saber que te van a golpear las manos (no funciona el timbre) y te van a entregar ahí, en la puerta de tu casa, la ración necesaria de verdura para toda la semana.
Cuarto, te obliga a comer verdura.
Sí, somos hedonistas, vagos y nos cuesta comer verdura.
Pero como la tenés ahí, a la vista y no querés que se te pudra, pensás platos que requieran verduras.
mmm
Quinto, no es más cara.
Sí, no pongan esa cara. Hay muchas huertas en el mercado, probamos unas cuantas (algunas exageradamente caras, otras algo más caras, alguna de excelente calidad, otra no tanto) y logramos dar con la indicada. Para nosotros, claro.
Todo suma
El precio es bueno, la calidad impecable y la cantidad de productos que nos traen es perfecta para nosotros.
Sexto, la chica de la huerta es un amor.
Y tendríamos que ponerla número uno.
Nos encanta darle trabajo a gente buena onda y que apuesta a otra opción de alimentación, de producción y de consumo. De vida, o sea.
La amamos
Por todas estas razones y alguna más que ahora no aparece, elegimos comprar en una huerta orgánica.
¿Ustedes? ¿Disfrutan comiendo verdura? ¿Compran orgánico? ¿Tienen su huerta? ¿Sueñan con tener su huerta en casa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario